sábado, 20 de agosto de 2022

 

Las plazas Zamora y 5 de julio

Aníbal Palacios B.


En 1911, en el marco de la programación para celebrar el primer centenario de la Declaración de Independencia de Venezuela, el Concejo Municipal acordó “Dedicar los doscientos barriles(de) cemento cedidos por el Benemérito Jefe del País, a la construcción inmediata de las aceras de la Plaza Zamora, a las de las calles Miranda y 19 de diciembre y a las aceras de la pequeña plaza adyacente a la Plaza Principal, que de ahora en adelante se denominará Parque 5 de julio…”

Ese nombre permaneció por veinte años puesto que al inaugurarse la Plaza 24 de julio con la estatua de Bolívar, el busto de Zamora –donado por la municipalidad de Villa de Cura en 1917- fue trasladado a la placita que en adelante se llamó  Plaza Zamora; posteriormente el lugar dio paso a parte del actual Centro Cívico.

La calle 19 de diciembre era la antigua calle Manzanares, cuyo nombre lo recibe de la quebrada homónima que corre en su parte oeste y desemboca en la Quebrada de las Ánimas. Fue la calle de mayor longitud del municipio y por muchos años la más importante. La municipalidad dispuso llamarla 19 de diciembre como un homenaje a la fecha del ascenso al poder del general Juan Vicente Gómez.  Luego de la muerte de Juan Vicente Gómez en 1936 –en una manifiesta acción de sincretismo político- las autoridades municipales tacharon el número 1 de su nombre y quedó simplemente como 9 de diciembre; en reconocimiento a la batalla de Ayacucho que en 1824 determinó la definitiva derrota de los ejércitos que representaban al imperio español en suramérica.

viernes, 5 de agosto de 2022

 

Guatireña, la primera venezolana que se graduó de médico en la UCV

Aníbal Palacios B.


Zahra Bendaham Chocrón fue una audaz, paradigmática y legendaria mujer guatireña que se atrevió a desafiar
prejuicios religiosos, sociales, culturales y familiares en el primer tercio del pasado siglo para lograr no solo un propósito personal, sino además para ensanchar caminos que dignificarían a la mujer venezolana. Sin embargo, es una ilustre desconocida en la comunidad guatireña. Zahra fue la primera venezolana en graduarse de médico en la Universidad Central de Venezuela (UCV).

Zahra Bendaham nació en Guatire a las cinco de la mañana del 28 de agosto de mil novecientos. Hija de Elisa Chocrón y Carlos Bendaham, próspero comerciante judío sefardí de origen marroquí. Su tienda –y hogar- estuvo ubicada en la calle Miranda; vecino a la vivienda de Luis Betancourt y Virginia Bello. Estudió con las hermanas Hernández Suárez y con el maestro Juan José Fermín, los mismos docentes que formaron a Rómulo Betancourt, y al igual que este viajó a Caracas para culminar sus estudios de bachillerato.

 En 1923 Zahra obtuvo el Certificado de Educación Secundaria y se inscribió en la Facultad de Medicina de la UCV. En 1939 se convirtió en la primera venezolana en titularse Doctora en Ciencias Médicas de la Universidad Central de Venezuela. Terminó los seis años de la carrera en 1930, antes que ninguna otra mujer en el país, pese a una severa tuberculosis que casi se lo impide. Pero ese año no pudo presentar la tesis final requerida en la época para oficializar su título; su organismo –minado por una severa tuberculosis- ya no daba para  más y tuvo que esperar nueve años para cumplir con el requisito que le otorgó el título que le honra, que enorgullece a la comunidad guatireña en particular y a la mujer venezolana en general. En un país de principios del siglo XX diseñado para que triunfaran los hombres, Zahra Bendaham enfrentó también los prejuicios sobre la idoneidad de la mujer para realizar tareas diferentes a las domésticas y trazó un camino por el que transitarían con comodidad cientos de miles de mujeres venezolanas.

Cursaba el tercer año de carrera cuando se enfermó víctima de una tuberculosis que casi acaba con su existencia y compromete seriamente la continuidad de sus estudios; pero Zahra logra sobreponerse y con un esfuerzo sobrehumano culmina la carrera en 1930, pero no fue sino hasta el 31 de julio de 1939, ya bastante recuperada, cuando se enfrentó al jurado que finalmente aprobó su tesis y le otorgó, ese mismo día, el título de Doctora en Ciencias Médicas.

Al respecto, en su discurso de grado señala: “Mis seis años de estudiantado fueron seis años de calvario con todas sus estaciones, sin faltar una, debido a los tiempos que atravesábamos: incomprensión, preconceptos arcaicos, falta de costumbre de ver a las mujeres en las aulas, maledicencia, envidia, pequeños caciquismos en cada jerarquía, groserías innatas, de unos, persecuciones sistematizadas de los otros, pasiones políticas encontradas. Desde el bachillerato hice toda la carrera sola: única mujer existente en aquellos predios de varones, fui por la fuerza de las circunstancias poco compañera de la generalidad de mis compañeros; para ellos se anteponían por falta de costumbre, la mujer a la estudiante, no queriendo comprender o no comprendiendo cómo una mujer podía estudiar medicina sin ser un marimacho, sin perder su decoro, sin mengua de su honestidad”.

Ese fue parte del discurso pronunciado por Zahra Bendaham, oradora de orden del acto donde recibió el título de Doctora en Ciencias Médicas en la UCV el 31 de julio de 1939. Fue una deferencia de parte de sus colegas graduandos, quienes reconocieron así el esfuerzo, sacrificio y constancia de esta mujer que supo enfrentar adversidades personales, académias y sociales con mucha entereza.

En ese discurso Zahra plantea: “¿Qué más se necesita para no sonreír alegremente ni siquiera ante este triunfo? No que el orgullo se apodere de mi espíritu, ¡oh, no!, y lo considere como triunfo científico, mas sí como triunfo extraordinario sobre el medio, los prejuicios, la envidia, las circunstancias que me han rodeado, mi mal estado de salud y por ende la muerte, el tiempo que ha pasado desde la terminación de mis estudios…”

La precedió en el intento de estudiar medicina en la UCV Virginia Pereira Álvarez en 1911, pero su familia tuvo que emigrar y finalmente terminó la carrera en Estados Unidos en 1920. Por su parte, Lya Imber llegó a Venezuela en 1930, mismo año en que Zahra completaba sus estudios. Terminó en 1936, la primera ciudadana extranjera en graduarse.

La doctora Sonia Hecker rescató para la historia de la medicina en Venezuela la importante y determinante presencia de Zahra Bendaham en un hermoso libro cuyo título es Por una puerta estrecha, publicado por Fundación Polar en 2006. El relato final, el discurso de graduación de Zhara refleja sucintamente la vida de esta figura aldeana. Si eres mujer, si eres médico y sobre todo si eres guatireño debería leer ese libro.

Zahra se casó y tuvo una hija, murió en Los Teques en el año 1946, víctima de la enfermedad que no pudo truncar sus sueños.

            Es el momento de rendir homenaje a Zhara Bendaham Chocrón; el Hospital General de Guatire debe llevar el nombre de esta extraordinaria mujer que ha puesto en alto el gentilicio guatireño; en ese sentido las autoridades municipales deben realizar los trámites correspondientes ante los entes a quienes competa la designación. Asimismo, una de las tantas avenidas sin nombre que rodean al pueblo debe llevar el nombre de este ilustre personaje; finalmente, el libro de la doctora Sonia Hecker debe ser reeditado por la municipalidad, con el permiso correspondiente de su autora.