La
vocación docente de
Carmen
María de Pérez
Aníbal Palacios B.
La llegada de Carmen
María de Pérez a la hacienda El
Ingenio en 1932 puede considerarse un
acto providencial para los humildes habitantes de un populoso sector que se
extendía desde Las Barrancas hasta Zamurito y desde Perque hasta El
Palmar. Lo que se conoce como el sentido
histórico de la oportunidad se hizo presente en la persona de esta paradigmática
mujer devenida en docente por vocación, principios, abnegación y convicción
para dar cobijo en su casa a cientos de niños y adolescentes cuya educación
hubiese sido difícil y en muchos casos exigua, sin su fortuita presencia. Tal
fue la determinante labor educadora de nuestro personaje, quien representó para
los educandos de esta comunidad rural lo que Juan José Fermín y Belén Blanco
para los habitaban el centro urbano guatireño.
Carmen María de Pérez |
Carmen María
Flores nació en Guarenas el 7 de mayo de 1904. Se casó con el agricultor
guatireño Manuel Ramón Pérez en 1932 y estableció su hogar en el sector
conocido como Puesto Escondido, en El Ingenio, cerca de donde hoy se ubica
el estadio de Corpoelec. Madre de nueve hijos: Domingo, Manuel, Virgilio,
Vicente, Julián, Santiago, Gregoria, Ramón y Antonio, Carmen María Flores de
Pérez, con una excelente educación acorde con los parámetros de la época,
pronto advierte la presencia de una numerosa muchachada carente de formación
escolar por lo lejano que estaban los planteles educativos del pueblo, y decide
establecer una colegio bajo la modalidad de pago; es decir, de carácter
privado. La iniciativa se convirtió en un rotundo éxito académico… y un
absoluto fracaso económico. Pese a su módica cuota de un real (0,50 bolívares)
mensual, eran muchas las familias que no estaban en capacidad de mantenerse al
día con sus pagos. Sin embargo Carmen María no se amilanó ante este
inconveniente y continuó con su labor social y académica con tal empeño que
logró motivar al administrador de la Hacienda Jesús (Don Chuchú) García Tellechea, quien decidió financiar la escuela,
consciente de la importancia que tenía la educación de los hijos de sus
trabajadores. Es
La familia |
pertinente señalar que en su época de mayor esplendor la
hacienda El Ingenio llegó a generar
más de dos mil empleos directos a través de sus cultivos de caña, café y
naranjas, y su producción de azúcar, papelón, leche y quesos. En Perque había otra escuela pública
exclusivamente para niñas en la que impartían clases Ana Rosa Aragort y
Virginia D´Leau.
Como le
dedicaba todo el día a sus educandos, Carmen contaba en casa con la ayuda de su
ahijada Ramona, su sobrina Celsa, su esposo Manuel, sus padres Isabel María y
Gerardo Flores y su suegra Carmela Pérez, quienes se encargaban de las tareas
domésticas como atender el conuco, ordeñar las vacas, criar las gallinas, cocinar,
lavar la ropa en el rio, planchar, etc. Este
apoyo solidario fue muy significativo para
el éxito de su gestión.
La escuela
La educación
aunque mixta era en aulas separadas, niñas y niños, como se acostumbraba en la
época. La escuela tenía por nombre Padre
Istúriz, en honor a José María Istúriz, cura vitalicio de Guatire y el más
emblemático de los párrocos de la localidad, quien ejerció sus labores
litúrgicas entre 1861 y 1904. La sede era el propio hogar de Carmen María en Puesto Escondido y las clases todo el
día, por lo cual quienes vivían más retirados llevaban su comida para el
almuerzo. Los niños se sentaban en bancos de madera sin respaldo aunque algunos
alumnos llevaban sillas, relativamente más cómodas. En la ansiada hora del
descanso de mediodía, los niños almorzaban en los pasillos de la casa y luego
se entretenían en los alrededores con los tradicionales juegos de trompo, metras, gurrufío, el ladrón librado,
el escondido y béisbol. La ere y los saltos de cuerdas era los favoritos de las
damas. Aunque el rio Guatire estaba a escasos metros de allí, no era una visita
particularmente atractiva tanto porque no era novedoso para ellos, como porque
la maestra sencillamente no se los permitía. Carmen María de Pérez ejerció su
labor docente por más de 20 años, por lo que podemos afirmar que todo niño
nacido en El Ingenio, Las Barrancas, El Palmar, Perque, Zamurito y zonas adyacentes entre 1925 y
1945 fue alumno suyo, lo cual ya es mucho decir. De afable pero severo
carácter, a las clases de Carmen María acudían todos los infantes y
preadolescentes carentes de formación escolar con un entusiasmo inusual; quizás
porque así se libraban de las duras tareas de cualquier hogar rural, pero
básicamente porque la maestra sabía motivar (y no sólo con el persuasivo
látigo) a sus alumnos, con cantos, amenas narraciones y prácticos consejos;
para sus alumnos se trataba de clases muy divertidas.
Herramientas pedagógicas
Mujer de
mucha paciencia, Carmen María enseñaba a leer y escribir alumno por alumno; allí,
pegada a cada uno de ellos, porque el proceso de enseñanza en buena medida era
individual; pocas veces utilizaba el pizarrón. Las clases de Geografía e
Historia patria si eran de carácter colectivo y su fuerte voz se proyectaba fácilmente
hacia ambas aulas. Los alumnos de la maestra Carmen recibían además clases de
aritmética, lenguaje, dibujo, caligrafía, urbanidad, tejido y bordado en tambor
y bastidor, esto último para las damas. El texto básico de enseñanza era el Libro
Mantilla, clásico método de lecto-escritura basado en el deletreo de sílabas.
Luego de aprender a escribir, era necesario hacerlo bien, y para ello estaban los
métodos de caligrafía y ortografía. Otro instrumento didáctico importante fue
el Manual de Carreño. Por aquel entonces los buenos modales formaban parte
integral y fundamental de la educación de niños y jóvenes. Carmen María
complementaba la educación recibida en casa con este libro de obligada lectura
en todas las escuelas iberoamericanas. A su vez Carmen amenizaba las clases con
la lectura de los Cuentos de Calleja,
de Saturnino Calleja, prolífico escritor y editor español dedicado a los textos
escolares, de los cuales aún se conserva El
médico ambicioso. El catecismo era otra enseñanza propia de la niñez, y
Carmen María a su vez fue catequista de todos sus alumnos, a quienes preparaba
para la Primera Comunión; actividad que en el centro urbano realizaba Eva
Miranda.
Carmen María tenía
una gran capacidad orientadora y mucha paciencia, pero además, por si acaso,
también contaba con un látigo para disuadir inadecuados comportamientos sobre
todo en el alumnado masculino. No faltaron testimonios sobre la certera
puntería de la maestra al momento de alcanzar al alumno infractor en medio de
tantos otros que acataban las normas. Se adelantó unas tres décadas en el uso
de la música como herramienta pedagógica; así, ella componía sus propias
canciones didácticas orientadas a la enseñanza de las tablas de multiplicar,
por ejemplo, como indicación del término de una materia para entrar en otra y
para dar por culminada la jornada. La memoria de Ramón, su hijo, preservó una
de esas canciones cuya partitura transcribió su nieta y forma parte de la
presente crónica. Se trataba de canciones muy pegajosas compuestas por ella, lo
cual facilitaba la enseñanza, lograba una clase divertidas y estimulaba la
asistencia.
La despedida
Jesús (Don Chuchú) Garcia Tellechea era el
administrador de las haciendas El Palmar,
El Ingenio, Perque y Zamurito, pero estas pertenecían a varios socios que en el
año 1952 deciden finalizar el consorcio. Así, cada una de esas haciendas comenzó
a operar individualmente y con los criterios personales de cada quien. El
esplendor de lo que se conocía como El
Ingenio, comenzó a deteriorarse y las familias asentadas en el sector se
vieron obligadas a emigrar al verse desplazados como trabajadores por las nuevas
contrataciones de personal. La mayoría de las familias construyeron sus nuevas
viviendas en terrenos ubicados en lo que hoy conocemos como Barrio Arriba y Plaza que el mismo Don Chucho
les había donado. Otros habían comprado viviendas en sectores más céntricos; la
familia Pérez-Flores tenía una casa en
la calle 19 de Abril y se mudaron en el año 1953. Así, no por voluntad propia
sino por fuerza del destino, Carmen María de Pérez cesó sus labores docentes tras
20 años de ejercicio. Por lo demás, el pueblo contaba con una moderna
instalación educativa recién inaugurada, el Grupo Escolar Elías Calixto Pompa, y Carmen
pudo considerar que ya sus servicios
Gregoria Perez |
docentes no eran tan necesarios, pero su
huella, su decisiva influencia en una comunidad y su innovador estilo
pedagógico nunca podrán ser olvidados o negados; Carmen María de Pérez supo ganarse,
sin proponérselo, unas cuantas y destacadas páginas en nuestra historia
aldeana, por lo trascendente de su labor en el momento y lugar preciso que se
requirieron.
Carmen María
no legó a sus hijos bienes de fortuna porque nunca los tuvo; pero muchos de sus
hijos y nietos heredaron la pasión por la docencia con la responsabilidad y el
compromiso social que ella le imprimió. Parecía natural rendirle un homenaje en
forma de epónimo al colegio ubicado en la avenida Dr. Ramón Alfonso Blanco, cuyos alumnos deben sentir el orgullo de
formarse en una institución que honra a Carmen María de Pérez, y a su vez su
cuerpo docente y administrativo sentir el compromiso que ello implica. Carmen
María de Pérez murió en Guatire el 26 de septiembre de 1988; tenía 84 años…
Testimonios
Recientemente
un grupo de sus alumnos brindaron un testimonio de significativo valor
histórico que reflejan la importancia de la labor didáctica de Carmen María de
Pérez:
Dolores Moreno: “La mayoría de sus alumnos
egresábamos con un alto grado de instrucción debido a que sus métodos de
enseñanza era muy completo”
Rosa Olivo: “No utilizábamos uniforme. La
maestra siempre mantenía el salón en perfecto orden, inculcándonos la responsabilidad,
puntualidad y el por qué de la asistencia diaria”.
Leonor Machado: “Utilizaba el libro Mantilla. Me
enseñó a leer, escribir, geografía, historia, a bordar, tejer, moral y cívica…
Las niñas las sentaba separadas de los varones. La maestra era muy estricta”.
Rosalía Blanco |
Pedro Terán Quintero: “Fui alumno de Carmen María de Pérez
de 1938 a 1940. Leía en voz alta… Iba a
la escuela de lunes a sábado; este último medio día. Comencé pagando un real
(Bs. 0,50), luego lo pagaba la Hacienda. Nos sentábamos por hileras de bancos,
clasificados en 1er, 2do y 3er grado”
Rosalía Machado: “Estudiaron muchos niños que vivían
en El Ingenio. Usaba un mandador para las niñas y para los niños un cuero de
ganado; es decir, era muy estricta. Todos los días debíamos llevar la tarea”.
Antero José Ordaz: “La maestra era muy estricta en
cuanto a conducta, responsabilidad, aseo, puntualidad y asistencia”.
María Aracelis Rengifo: “Recibí clases en el año 1952… Me
dictó clases de matemáticas, lectura, caligrafía, bordado, moral y cívica y
tejido. Preparó a varios niños de la Hacienda paras la primera comunión”.
Felicia Antonia Cruz: “”Llevaba mi comida a la escuela… Si
nos preguntaba y respondíamos bien nos subía de banco hasta llegar al
primero…Utilizaba un solo cuaderno para todas las materias, éste costaba una
locha y un lápiz costaba un centavo. Los exámenes eran orales”
María Leonidas Blanco: “Recibí clases en 1935…Nos dictaba
clases de aritmética, geografía, historia, castellano, bordado tejido punto de
cruz, rejilla y bastidor. Nos preparaba para la primera comunión… Su sistema de
enseñanza era muy estricto”.
Luis Felipe Rondón: “Había bancos y muchos llevaban su
silla… Los turnos eran de 7 a 12 y de 1pm. a 4 pm. El recreo era de 30 minutos…
Mientras estudiábamos en el salón, hacía sus labores”.
Vicenta Rivas |
María Eugenia Tovar de Rondón: “Recibí clases de matemáticas,
geografía, aritmética, historia, bordado, tejido, bordado en sombra, en
almohadilla, en bastidor, catecismo… Cada quien llevaba su almuerzo. Me sacaba
de clases porque yo me reía mucho y me jalaba por las orejas. Era muy estricta
y enseñaba mucho. La hora de salida era diferente según el comportamiento de
cada grupo”.
Aura María Cruz Barrios: “No tenía ayudante. Era una maestra
de las buenas, fue maestra de muchas personas hoy grandes profesionales. La
maestra era muy rígida. Todos leíamos en voz alta”.
Juan Terán: “Tenía un sistema de enseñanza muy
diferente al actual. En los cuadernos nos colocaba la nota. Carmen María de
Pérez enseñaba mejor que muchas maestras de hoy. Aprendí a realizar porcentajes
y bases para terreno”.
Lucila Ramírez: “Me preparaba en lectura, tejido,
matemática, geografía y nos afianzaba la caligrafía. Estaba todo el día en la
escuela. Primero aprendí a escribir con lápiz y luego con tinta (plumilla).
Gracias a los estudios realizados con la maestra Carmen ingresé directamente en
2do grado después de haber realizado un examen en la escuela del
pueblo (Elías Calixto Pompa)”.
Sus alumnos
Nicolasa Delgado |
Algunos de
los alumnos de Carmen María de Pérez que conserva la memoria de
quienes nos aportaron información fueron: Aciclo Cruz Barrios, Adela Blanco, Agustín
Blanco, Agustín Sánchez, , Aida Muñoz Ramírez, Alberto Ramírez, Alejandrina
Cruz Barrios, Alejandro (Verano) Cruz
Barrios, Alejandro Ibarra, Alejandro Ramos, Andrés Mijares, Ángel Martínez, Ángel
Rosendo Quintero, Angelina Ramírez, Antero José Ordaz, Armando Muñoz Ramírez, Armando
Reverón, Aura Blanco Paredes, Aura María Cruz Barrios, Benito Blanco, Braulio
Muñoz Ramírez, Cándida Urrutia, Carlos Pérez, Carmen Esteban (Camejo) Olivo, Carmen (Mamina) Regalado, Cerza Flores, Cesar
López. Claudina Vaamonde, Consuelo Blanco Paredes, Cruz Miguel Blanco, Dolores
(Lola) Moreno, Domingo Rengifo, Eloín
Acuña, Eloísa Córdova, Elsa Josefina Castillo, Emilia Moreno, Epifanio López, Ernesto
Arteaga, Eugenia Tovar de Rondón, Eulalio Cruz Barrios, Evencio Castillo, Felicia
Cruz Barrios, Felicia Rengifo, Félix Ramón Díaz, Fermín Blanco Paredes, Francisco
(Trapiche) Cruz, Francisco González, Francisco
Jaén, Germán Caldera, Gonzalo Quintero, Gregoria Pérez, Gumersindo Inojosa, Gustavo
Lugo, Humberto Cruz, Inginio
Lucrecia Quinteto |
González, Jacinto Cruz Barrios, Jesús (Chuchito) Martínez, Jesús Córdova, Jesús
María
Blanco Paredes, Juan Herrera, Juan Ordaz, Juan Quintero, Juan Terán, Julia
Blanco, Julián Pérez, Leonor Machado, Lucila Ramírez, Lucrecia Blanco, Lucrecia
Quintero, Luis Blanco, Luis Felipe Carballo, Luis Felipe Rondón, Luis Ibarra, Luis
Rondón Muñoz, Luis Rondón Tovar, Manuel H. Pérez, Manuel Jacinto Cruz, Manuel
Jesús Díaz ,Manuel Segundo (Manolo) Quintero,
Manuel Vicente Lara, Marcelino Blanco, Marcelino Ordaz, Marcelino Sánchez, María
Aracelis Rengifo, María Blanco de Urbina, María Leonidas Blanco de Cruz, Marina
Urrutia, Marta Muñoz Ramírez, Marta Ramírez, Melecio Ibarra Gutiérrez, Melecio
Romero Blanco, Mercedes Jaén, Nemecia Urrutia, Nicolasa Delgado, Obdulio
Rengifo, Omaira Díaz Urrutia, Pablita Blanco, Pablo Martínez, Pablo Ramírez, Pedro
Blanco, Pedro Cardozo, Pedro González, Pedro Rondón Tovar, Pedro Terán Quintero,
Petra Luisa Blanco, Pío Sánchez, Polo Reverón, Priscila Ramírez, Quisimodo
Rengifo,
Rosario Quintero |
Rafael (Canelo) Tovar, Rafael
Blanco, Rafael Eustacio Cruz, Rafael (Paleta)
Muñoz Ramírez, Ramón Pérez, Raúl Lara, Rosa Antonia Olivo, Rosa Blanco, Rosa
Urrutia, Rosalía Blanco, Rosalía Machado de Arteaga, Rosarito Quintero, Salvador
González, Santiago Pérez, Santiago Rondón, Sergio Muñoz Ramírez, Sersemila
Flores, Silvino Armas, Simón Quintero, Tarsicia Ramírez, Teodoro Crespo, Teodoro
Romero Blanco, Teresa Moreno, Tirso Flores, Toribio Romero Blanco, Trino
Rengifo, Tula Blanco de Ibarra, Vicente Caraballo, Vicente Emilio Pérez, Vicente
Machado, Vicenta Ribas y Yolanda González