lunes, 24 de octubre de 2016


De Foza a Guatire:
de vuelta a mis raíces
Soliria Menagatti

En el año 2006 comencé una ardua búsqueda de mis raíces italianas. La única pista que poseía provenía de los escritos del Sr. Ángel María Dalló, Cronista Oficial de Guatire, que en sus artículos hablaba de un grupo de familias italianas provenientes de la Provincia de Belluno, Véneto, llegadas a Guatire en 1877. Así que redacté un correo electrónico con los nombres de mis bisabuelos y me di a la tarea de enviarlo al mayor número posible de pueblos y ciudades de esa provincia. Lo único que recibía por respuesta era un “lo lamento mucho, pero en esta comuna no está registrado”. Cuando ya me disponía a tirar la toalla recibí un correo muy amable donde se me informaba que el apellido Menegatti no era de Belluno, sino de la Provincia de Vicenza, y seguidamente, me enviaron el listado de “comunes”, que ascendía a 121.
Reorienté la investigación hacia Vicenza; el 14 de agosto de 2007 recibí una respuesta del servicio anagráfico del pueblo de Foza certificándome que Doménico Menegatti había nacido en este pequeño pueblo. Seguramente los lectores podrán imaginarse la conmoción que me causó ese correo. En eso mismo correo supe que los Valente también eran de Foza. De modo que no todos los italianos que habían llegado a Guatire vinieron de Belluno.
Este encuentro con mis raíces me llevó en septiembre de 2007 a estudiar Historia en la UCV, y en el año 2009 me enrumbé a Foza, estuve en la misma casa desde donde salieron mis parientes el 24 de diciembre de 1876, 133 años después. ¿Qué razones tuvieron 75 familias, unas 354 personas para abandonar su tierra, arriesgando su vida en un peligroso viaje por altamar para llegar a una tierra desconocida? La respuesta es la pobreza y la desesperanza.
Todo proceso migratorio tiene elementos de extracción y atracción. Razones que te llevan a dejarlo todo, y motivos que te inducen a escoger un nuevo país.

Las razones de la gente del Véneto
A la caída del Imperio Romano, el territorio italiano se fragmentó en una serie de reinados, ducados, señoríos, etc. La región Véneta fue conquistada y dominada por varios reinos extranjeros. En 1422 fue conquistado por la Serenísima República de Venecia, dominación que duró hasta 1797 cuando Napoleón Bonaparte invade Italia y derrota a la República de Venecia. De esta manera el Véneto pasa a manos francesas, aunque por un brevísimo tiempo, debido a que Napoleón ese mismo año  negocia con Austria cediéndole el Véneto. Este primer dominio austriaco duró hasta 1805 cuando Napoleón es coronado como Rey de Italia y le arrebata de nuevo el Véneto a los austriacos. A la caída de Napoleón en 1814, los austriacos toman de nuevo el control del Véneto convirtiéndolos en sus vasallos hasta 1866 cuando por un referendo el Véneto se adhiere al Reino de Italia. Todos estos cambios políticos tuvieron su repercusión en la economía de la región.
Geográficamente el Véneto está compuesto por montañas, colinas o pie de monte y llanuras que desembocan en el mar Adriático. La economía era totalmente agraria y ligada a la morfología del terreno. Los que vivían en las montañas, como los belluneses que vinieron a Guatire, tenían una pequeña hacienda familiar, con una agricultura tradicional sin ninguna tecnificación. Poseían algunos animales, hacían usufructo del bosque recogiendo madera, hongos, frambuesas y semillas. Otros eran pastores como mi familia, y cada año al comenzar el otoño bajaban con sus rebaños a las llanuras –Treviso y Padova- para pernoctar durante el invierno. Por eso no es de extrañar que mi tatarabuelo y mi bisabuelo, se juntaran con los vecinos de Belluno durante la trashumancia y juntos hayan emprendido este largo viaje.
A medida que las familias crecieron en número la pequeña hacienda familiar se hizo insuficiente para alimentar a sus miembros, de modo que comenzó una migración interna, los hombres de la montaña emigraban a las llanuras en busca de empleo, mientras las mujeres, los niños y los ancianos permanecían en casa cuidando de los animales y la siembra. Hacia finales del siglo XIX la situación económica se tornó crítica, los pesados impuestos, las malas cosechas, los duros inviernos, la “pelagra”, enfermedad de la piel producto de la mala alimentación y de la convivencia con los animales, hizo que miles de personas del Véneto emigraran, esta vez no de manera estacional como era parte de su cultura por siglos, sino definitivamente.

Las razones de Venezuela
En 1870 Antonio Guzmán Blanco llega al poder en Venezuela. El país se encontraba en la bancarrota, en una verdadera crisis política, social y económica producto de la Guerra de Independencia, la Guerra Federal y el período conocido como la Federación que en términos económicos no había tenido ningunos resultados. Guzmán Blanco, caudillo de formación universitaria, permeado por los valores del positivismo –orden y progreso- llega al poder con un Proyecto Nacional, el primero en Venezuela, según Germán Carrera  Damas. Este proyecto se basaba en tres pilares: educación, comunicación e inmigración. La inmigración aportaría los brazos, abolida la esclavitud en 1854, que el país requería para echar andar la agricultura, nuestro único bien exportable para el momento.
El 14 de enero de 1874, Guzmán Blanco emite su decreto de Inmigración en el cual ofrece una serie de prebendas a los inmigrantes. El decreto también estuvo permeado por los valores positivistas de la época en lo que se refería a la mejor “raza”: gente blanca, europea, de buena costumbres, agricultores. La oferta fue tentadora: pasajes gratis para toda la familia, alojamiento y comida, libertad de religión, contratos de trabajo, y la posibilidad de ser propietarios territoriales.

 Así se conjugaron elementos de atracción y extracción. Millones partieron para “el nuevo mundo”, como se conocía a la América, y como aparece escrito en la hoja de vida de mi familia que reposa en la iglesia de Foza, El éxodo del Véneto se conoce como uno de los más grandes de la historia contemporánea. Apenas unos pocos vinieron a Venezuela, la mayoría fue al Brasil o Argentina. Han pasado 139 años desde que un grupo de 354 personas emprendió un viaje peligroso hacia una tierra desconocida: nuestra tierra. Sus descendientes somos venezolanos, nacimos aquí, amamos esta tierra. Como me duele que el éxodo haya comenzado de nuevo y por las mismas exactas razones.